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LOS RECUERDOS NOS MARCAN (Tiempo de Navidad)


Gran parte de lo que somos está determinada por nuestros recuerdos. Los acontecimientos que suceden actualmente en nuestras familias, constituyen los recuerdos del mañana.

Hay frases que decimos en algunas ocasiones:

“La celebración de la Navidad en mi familia es un recuerdo imborrable”.

“El pueblo siempre guarda en el recuerdo a los héroes que construyeron la Patria”.

“Recuerdo a la tía Helena por sus malos tratos conmigo”.

“Nunca olvidaré a mi maestra de 4º de primaria porque me ayudó a confiar en mí misma”.

“La casita que construyó mi papá en el jardín para nosotros la recuerdo con todo detalle”.

¿Qué es un recuerdo?

Es algo que se grabó en el corazón y vuelve a la memoria. Es algo que ya ha pasado o de lo que se habló y que positiva o negativamente lo guardamos en nuestro interior y nos afecta para bien o para mal.

Se han escrito libros muy famosos sobre los recuerdos y cómo marcaron al escritor; por ejemplo “El Diario de Ana Frank”, y el libro que escribió Marcel Proust “En busca del tiempo perdido”. Recientemente ha ganado varios premios internacionales la película “Roma” del director mexicano Alfonso Cuarón y que habla del México que lo marcó en su infancia con recuerdos imborrables de los años 1970. El director reconstruyó fílmicamente la colonia, los muebles, la casa y sobre todo a las personas que más influyeron en él, como fue su nana.

DISTINTOS TIPOS DE RECUERDOS

Hay recuerdos que suceden y hay recuerdos que necesitan planearse. Sí, algunos recuerdos sólo se presentan como el cambio obligado de trabajo, el fin de la niñez, el principio de la vejez y como muchas cosas en la vida. Pero otros recuerdos han de planearse, como los relacionados con la Navidad, los cumpleaños, la reunión de nuestra generación de compañeros, la visita al lugar donde pasamos nuestra infancia y juventud.

La Navidad, es una de la celebraciones más importantes del cristianismo y hay que aprovecharla para darle todo el significado que tiene de alegría, esperanza y salvación que debemos tener al recordar el nacimiento de Jesús. Él aceptó tener nuestra naturaleza humana para que entendiéramos mejor el misterio de Dios, tan omnipotente y diferente a nosotros, sus creaturas y el misterio de la redención que se fundamenta en el gran amor a nosotros. La orientación que le demos a esta celebración se grabará para siempre no sólo en los niños y niñas, sino en los adultos que participan en la preparación y celebración de una verdadera Navidad.

Recuerdo que en una Navidad, cuando rezábamos frente al Nacimiento, había niños, niñas e invitados adultos: Les explicaba que nos damos regalos para recordar que Dios, nuestro Padre, continuamente nos da muchos dones, aunque no siempre nos damos cuenta de ellos. Una conocida mía entró después a la cocina y me comentó con lágrimas en los ojos: “nunca había pensado en cuántos regalos me da diariamente Dios a mí y a mi familia, gracias por recordármelo frente a mis hijos”.

Sin embargo no podemos negar que la Navidad, para muchas personas es un recuerdo muy triste o porque están solos y recuerdan a su familia que ya no está o porque sienten que ya nunca podrán vivir con esperanza y fe una fiesta que se ha paganizado.1 Los familiares y amigos se reúnen a beber y comer, a criticar, a presumir de los logros económicos, a competir en regalos que significan un gasto innecesario. Puede ser la época con recuerdos muy dolorosos que algunas personas no logran superar. Pensar y recordar la Navidad puede ser un recuerdo muy bello pero también desesperanzador.

Los recuerdos nos alegran o nos entristecen. Por esa razón cualquier acto de bondad, aliento, y simpatía en bien de otra persona, es una inversión que producirá abundantes beneficios en la vida de otra persona. No esperemos a celebrar algo bueno; siempre deja una huella de amor y solidaridad con quien encuentres en tu camino.

Te deseo de todo corazón que prepares una Navidad inolvidable y la disfrutes con todas las personas familiares y amigas que tanto quieres. Me gusta mucho y comparto contigo parte del poema que escribió mi madre Eugenia Gastine y que publicaron en su libro de poemas, hace ya muchos años; también es un recuerdo que yo atesoro.

MIS RECUERDOS

Voy sembrando mi vida de recuerdos amenos

De recuerdos fugaces que se quedan prendidos

En un banco, una calle, en rincones perdidos,

En cachitos de cielo azules y serenos.

Una canción, un ritmo, un baile o un suspiro

Todos son mis recuerdos ardientes o sombríos

Un pedazo de estrella, luz de luna que miro

Y mi corazón late con más fuerza y más bríos.

1 Se entiende por paganismo a la idolatría, es decir, cuando se adoran objetos o personas que no son Dios.


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