5 de junioDía Mundial del Medio Ambiente(Laudato si´)
El 5 de junio celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente, que tiene como objetivo el sensibilizar a la población con relación a los temas ambientales. Se busca también:
- Brindar un contexto humano, motivar a las personas para que se conviertan en agentes activos del desarrollo sustentable y equitativo.
- Promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud hacia temas ambientales.
Fomentar la cooperación para que el medio ambiente sea sostenible, pues ésta garantizará que todas las naciones y personas disfruten de un futuro más próspero y seguro.
Qué mejor oportunidad para profundizar en el mensaje del Santo Padre Francisco a través de la Carta Encíclica Laudato si’: sobre el cuidado de la casa común, firmada el 24 de mayo de 2015, en la Solemnidad de Pentecostés y presentada el 18 de junio del mismo año. Te invitamos a leerla y, sobre todo, a llevar a cabo las acciones concretas señaladas por el Sumo Pontífice. Puedes conseguirla fácilmente en las librerías católicas o en la página oficial del Vaticano. www.vatican.va.
¿Por qué se llama así la Encíclica?
Laudato si’, mi’ Signore, – Alabado seas, mi Señor», cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: Alabado seas, mi Señor, ¿por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba. [1]
La Encíclica está dirigida a cada persona que habita este planeta.
¿De qué trata?
Capítulo 1: Lo que está pasando en nuestra casa común.
Capítulo 2: El Evangelio de la Creación.
Capítulo 3: Raíz Humana de la Crisis Ecológica.
Capítulo 4: Una Ecología Integral.
Capítulo 5: Algunas Líneas de Orientación y Acción.
Capítulo 6: Educación y Espiritualidad Ecológica.
Elegimos algunas frases del documento antes citado, para que las reflexiones con tu familia y con tu comunidad:
- Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella.[2]
- El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar. El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado. La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común.[3]ç
- Hago una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos.[4]
- La Tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería. En muchos lugares del planeta, los ancianos añoran los paisajes de otros tiempos, que ahora se ven inundados de basura.[5]
- Estos problemas están íntimamente ligados a la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura.[6]
- La pobreza del agua social se da especialmente en África, donde grandes sectores de la población no acceden al agua potable segura, o padecen sequías que dificultan la producción de alimentos. En algunos países hay regiones con abundante agua y al mismo tiempo otras que padecen grave escasez.[7]
- La pérdida de selvas y bosques implica al mismo tiempo la pérdida de especies que podrían significar en el futuro recursos sumamente importantes, no sólo para la alimentación, sino también para la curación de enfermedades y para múltiples servicios. [8]
- Hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres.[9]
- No podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social. De hecho, el deterioro del ambiente y el de la sociedad afectan de un modo especial a los más débiles del planeta.[10]
- Culpar al aumento de la población y no al consumismo extremo y selectivo de algunos es un modo de no enfrentar los problemas. Se pretende legitimar así el modelo distributivo actual, donde una minoría se cree con el derecho de consumir en una proporción que sería imposible generalizar, porque el planeta no podría ni siquiera contener los residuos de semejante consumo. Además, sabemos que se desperdicia aproximadamente un tercio de los alimentos que se producen, y el alimento que se desecha es como si se robara de la mesa del pobre.[11]
ü Es importante leer los textos bíblicos en su contexto, con una hermenéutica adecuada, y recordar que nos invitan a «labrar y cuidar» el jardín del mundo (cf. Gn 2,15). Mientras “labrar” significa cultivar, arar o trabajar, “cuidar” significa proteger, custodiar, preservar, guardar, vigilar.[12]
- Una ecología integral implica dedicar algo de tiempo para recuperar la serena armonía con la creación, para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida y nuestros ideales, para contemplar al Creador, que vive entre nosotros y en lo que nos rodea, cuya presencia «no debe ser fabricada sino descubierta, develada”.[13]
Para reflexionar:
Piensa en tres acciones que pueden realizar en tu comunidad para cuidar nuestra casa común.
Organiza reuniones para leer en grupo la Carta Encíclica Laudato si’: AF.
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