¡Acción Femenina cumple 89 años!
¡Qué bueno es dar gracias al Señor,
¡Qué bueno es dar gracias al Señor,
y cantar para tu nombre, oh Altísimo!
Salmo 92
En esta ocasión queremos, como dice el Salmo, mostrar una profunda gratitud
al Señor y alabarlo por las gracias recibidas durante ochenta y nueve años; gracias, sin las cuales, habría sido imposible llevar a cabo la tarea de esta larga trayectoria, para hacer llegar a manos de dirigentes y socias de la Unión Femenina Católica Mexicana (UFCM) una revista pensada y hecha para ellas.
Recordemos un poco de la historia de nuestra Organización: el año de 1931 fue denominado como año “Provisional”, con el fin de que todas las Organizaciones de la Acción Católica Mexicana (ACM) pudieran estructurar y visualizar la ruta que tomarían. La UFCM decidió realizar un programa para una población en la que la fe se había debilitado por la persecución, ya que las iglesias habían estado cerradas y, en consecuencia, existía la necesidad de dar formación religiosa a gran parte de los católicos.
Uno de los medios seleccionados fue la creación de una revista. Esta tarea no era fácil, pero con un gran espíritu apostólico y venciendo miles de obstáculos, el 1 de enero de 1933 se hizo realidad ese anhelo y nació Acción Femenina.
El nombre fue escogido porque describe una de las características de la UFCM: una organización integrada por mujeres de acción, capaces de vencer toda dificultad para realizar el trabajo apostólico.
En 1931, la Iglesia de México tenía que vencer, día a día, los numerosos problemas nacidos del sistema político que existía en esos momentos. La UFCM quería que, a través de la revista, quienes pertenecían a ella asumieran e hicieran llegar a más mujeres el contenido de tres compromisos:
Primero: Conocer las profundas necesidades de nuestra amada Patria, bajo los diferentes aspectos de su vida: religiosa, moral, intelectual y social.
Segundo: Conocer (y dar a conocer a más mujeres) a Jesucristo, mediante un asiduo e íntimo acercamiento a Él que es Camino, Verdad y Vida (Jn 14,6), pues su doctrina, sus preceptos y su vida deben ser el principio restaurador de nuestra vida individual, familiar y social.
Tercero: Con todos los medios de la caridad y con todos los recursos materiales y espirituales disponibles, poner a Cristo en el corazón de los individuos, llevarlo al seno de los hogares… para hacer que nuestra Patria disfrute de todos los beneficios de la paz de Cristo [1].
En esa época, nada era fácil. Para sólo mencionar uno de los graves obstáculos que tuvieron que sortear las primeras dirigentes de la Organización, las leyes vigentes en 1935 prohibían la circulación a revistas con contenido religioso; no se podía hacer uso ni siquiera del correo, que era el único medio existente en esos momentos.
¿Las dirigentes se quedaron paralizadas? ¡Claro que no! Se entrevistaron con los jefes de correos y obtuvieron sólo negativas; pero no se sintieron derrotadas ni se cruzaron de brazos: idearon la forma de hacer paquetes en los que llevaban la revista oculta dentro de muy diferentes productos, telas, ropa, etc. y ellas, las dirigentes de la UFCM, la documentaban como si fueran comerciantes. No era menor el riesgo, pero eran mujeres de acción, creativas y decididas a resolver todos los problemas, incluso los económicos, con tal de que Acción Femenina llegara a manos de las dirigentes y socias de diferentes partes del país.
Probablemente Acción Femenina es la única revista femenina, católica o comercial, que ha llegado a los 89 años de publicación ininterrumpida; por eso, dentro y fuera de las filas de la UFCM, se dice, con razón, que “Acción Femenina es una obra de Dios”.
Pero Dios nos hace partícipes de sus obras y, para realizarlas, se vale de sus hijos; en este caso no sólo de las dirigentes nacionales que heroicamente no se dieron por vencidas sino también de las dirigentes y socias que la vendían o la compraban.
Las dirigentes nacionales solas no podían lograr la meta de formar y evangelizar, por medio de Acción Femenina; necesitaban el apoyo decidido de una organización que incondicionalmente compartiera ese compromiso y la tenían. Por esa razón, en pocos años, de 1800 ejemplares con los que inició, llegó a tener un tiraje de 6,000, muy importante si recordamos que la UFCM daba sus primeros pasos.
Actualmente Acción Femenina tiene ante sí un importante reto con motivo de la pandemia. ¿Cómo se resolverá el problema de la promoción y distribución de la revista? ¿Después de 89 años la dejaremos caer? La UFCM siempre es generosa y creativa. ¿Qué pueden hacer tú y tu grupo para que más mujeres la compren? ¿Qué puedes hacer o qué ideas puedes dar para que la revista llegue a tiempo a los grupos parroquiales y a las socias individualmente?
Acción Femenina es nuestra revista y cumple 89 años. ¿Qué haremos por ella?
[1] Mujeres de Espíritu Incansable, Ma. Graciela Corro, pág. 58.
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