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CONMIGO CUENTAN...Voluntariado social

Tuve la suerte, desde adolescente, de que me invitaran a formar parte del grupo de los Scouts, donde estaban mis hermanos y fue una maravillosa experiencia, aunque primero me sentía insegura cuando a la edad de 14 años, me dieron la responsabilidad de contar historietas a los niños de 7 a 11 años. Encontré en este grupo un lugar donde convivir con diferentes personas, fuera de mi ambiente familiar y escolar, pero lo más valioso fue descubrir mi vocación magisterial. He sido maestra por 50 años a nivel primaria y licenciatura, gracias a ese primer compromiso voluntario.

 

Más tarde formé parte de la Asociación de la Juventud Femenina Católica e igualmente descubrí que podía aportar mucho, pero sobre todo enriquecerme con el trato y contacto de jóvenes entusiastas y que unían sus esfuerzos para llevar a otras jóvenes la Buena Nueva. Así recorrí casi toda la República mexicana.

 

Desde entonces he combinado mi trabajo profesional de maestra y pedagoga con muchas responsabilidades, siempre voluntarias, aún en el campo internacional. Fui testigo de que el trabajo internacional en favor de las mujeres tanto de África, Europa, Asia y de todos los continentes es muy valioso, sobre todo, cuando comparten objetivos comunes se acaban las diferencias y se descubren las riquezas que aportan cada una de ellas.

 

El trabajo en una organización con fines claros une, enriquece y fortalece los lazos entre diferentes culturas. A todas se nos abrió una ventana para mirar, fuera de nuestro pequeño mundo.

 

Qué entendemos por voluntariado social

 

El compromiso voluntario tiene una orientación muy concreta que en la Doctrina Social de la Iglesia propone “Sostener y animar la acción de los cristianos en el campo social, especialmente de los fieles laicos, de los cuales este ámbito es propio; toda su vida debe calificarse como una obra fecunda de evangelización… un diálogo, una colaboración al servicio del bien común” (Compendio para la doctrina Social de la Iglesia, Presentación).

 

Cuando existe un compromiso voluntario, consciente, solidario con los más necesitados ya sean mujeres, niñas y niños de la calle, minusválidos, drogadictos, enfermos, analfabetas, migrantes, heridos de guerra, etc. sentimos un llamado de Dios que exige nuestro tiempo, nuestra preparación, nuestro servicio, es lo que se llama voluntariado social o lo que para nosotros creyentes es una de las mejores formas de evangelizar.

 

Este compromiso nace naturalmente porque nos sentimos amados por Dios comprendemos nuestra propia dignidad y no queremos permanecer aislados, queremos construir nuevas relaciones y ayudar a construir un mundo más humano.

Copio textualmente la definición que da la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Voluntariado Social.

 

El Voluntariado Social es una forma de entender la vida, una actitud que busca construir una sociedad más humana, incluyente y, ante todo, solidaria. Tiene su fundamento en la conciencia de que somos interdependientes y que nuestro destino está de algún modo ligado al destino de las demás personas. Tiene la motivación y la esperanza que nuestra actuación, por pequeña que sea, provocará cambios en la sociedad, siempre compleja y dinámica. El Voluntariado Social posee también un aspecto intuitivo, que nos dice simplemente que su existencia es una muestra en estos tiempos de la fe en el ser humano y sus infinitas posibilidades”.

 

Requisitos que se deben respetar para hacer un trabajo voluntario

 

En muchas ocasiones en nuestros grupos hemos oído comentar a alguien: “Ya me cansé porque es muy pesado el trabajo y por lo tanto ya no cuenten conmigo”. Esa reacción es completamente irresponsable… a todos y todas nos corresponde saber cuáles son las responsabilidades de comprometerse y saber seleccionar a quienes desean unirse a un grupo.

 

Las siguientes normas pueden contribuir al éxito de esta labor:

1. Datos personales: Tener la precaución de tener todos los datos generales de la persona que solicita hacer el voluntariado social y comparar con el perfil que se necesita.

2. Descripción: Una descripción precisa del trabajo y del perfil del trabajador son necesarias para aclarar tareas y garantizar la cooperación eficaz.

3. Limitación: Un trabajo voluntario no debe exigirse como un trabajo de tiempo completo; la participación voluntaria tiene límites que deben ser respetados (familia y responsabilidades profesionales). Se han de aclarar el número de horas por semana, mes, etc.

4. Acompañamiento: Asesoría adecuada, capacitación permanente, supervisión.

5. Reconocimiento: Si deseamos reevaluar el trabajo voluntario, debemos hacerlo más “público”, esto significa que debemos hablar sobre los voluntarios y su labor, por ejemplo, en informes anuales podamos no sólo agradecerles, sino también indicar en la sección de “donativos” cuántas horas se trabajaron por voluntarios sin paga y su equivalencia en remuneración económica.

6. Justificación: Cualquier actividad voluntaria debe generar un certificado o reconocimiento. Este documento sería utilizado, por ejemplo, en caso de la vida profesional, al asumir responsabilidades políticas, etc.

7. Pago: Todos los gastos que exigen representar a la organización por un período determinado y que están relacionados directamente con las actividades voluntarias deben ser reembolsados a tiempo y sin tener que solicitarlo (teléfonos, viáticos, participación en conferencias, regalos de agradecimiento, envío de correspondencia, etc.).

8. Responsabilidad: Si se va a terminar el compromiso voluntario, es necesario preparar a otra personapara el puesto, e informar con suficiente tiempo. En caso contrario, exprese públicamente que desea continuar.

 

Hay muchas personas, jóvenes, adultas y aún niños que están comprometidos en alguna organización que trabaja por determinada causa.

 

Ofrecemos nuestra preparación, nuestro tiempo y no recibimos ningún pago y muchas veces ayudamos económicamente para que se alcance el objetivo que persigue la organización.

 

Si nos pregunta alguien ¿Por qué dedicas tu tiempo libre a hacer un trabajo voluntario? ¿Cuál sería nuestra respuesta? La respuesta la encontramos cuando observamos la dura realidad que nos rodea y las enormes diferencias y desventajas que tienen tantas personas muy necesitadas de lo más elemental: alimentación, agua, salud, educación, cuidados y porque hemos entendido el llamado de Jesús de vivir las obras de misericordia. Por esas razones y otras muchas es necesario decir “Conmigo cuentan…”.

 

Para reflexionar:

• ¿En tu comunidad hay carencias y necesidades urgentes que cubrir? ¿Cuáles?

• ¿Formas parte de algún grupo que hace servicio social? ¿Cuál?

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