“Yo quiero tener amigos…”
Realmente el amigo, que en todo camino y jornada está siempre conmigo… Aquél que me da su amistad, su respeto y cariño” canción de Roberto Carlos. Bello canto a la amistad que expresa lo que los buenos amigos y amigas aportamos mutuamente a nuestra vida.
El 14 de febrero se celebra en muchas partes del mundo el día del amor y la amistad, todos en general aparentamos ser más afectuosos y nos acordamos de amigos siempre presentes y lejanos, amigos de la niñez, juventud y los que actualmente están presentes en nuestra etapa de vida. Esta costumbre no es suficiente porque la amistad “se cultiva” para que dé frutos, por medio de acompañamiento en las penas del amigo, la capacidad de escucharlo, el consejo dado con todo cariño y buscando su bien, la presencia física cuando está solo o enfermo y muchas otras manifestaciones de interés por su bienestar.
Y es que hemos sido diseñados para relacionarnos. Es una necesidad básica del ser humano, algo necesario para nuestro desarrollo, crecimiento y bienestar personal y el de nuestro entorno. Por eso, muchas de las dificultades que afrontamos en nuestro día a día están relacionadas con las relaciones humanas.
La primera relación y la más importante es contigo mismo, ya San Agustín decía: “Señor, quisiera conocerte y conocerme”, y los griegos resumieron la sabiduría en esta sentencia: “Conócete a ti mismo”.
No tomamos en cuenta que nuestra manera de relacionarnos tiene que ver también en cómo nos relacionamos con nosotros mismos. A partir de cómo lo hagamos con nosotros mismos modelamos las relaciones externas.
Es importante que puedas hacerte las siguientes preguntas:
¿Qué tal te llevas contigo mismo? ¿Cómo te ves? ¿Te soportas? o mejor dicho ¿te quieres? ¿Te conoces? ¿Sabes perdonarte y no juzgarte? ¿Te gusta cómo eres?
El ser humano es un misterio difícil de descubrir y de analizar. Somos seres individuales y diferentes en sexo, figura, temperamento, dones, circunstancias y nombre. Por todas estas razones no deberíamos juzgar el comportamiento de otras personas, porque fácilmente haremos juicios equivocados. También nos equivocamos, muchas veces cuando nos juzgamos a nosotros mismos.
Por alguna razón, a veces nos convertimos en nuestros peores enemigos, casi sin ser conscientes y pensando que son otros los que no están haciendo daño.
CARACTERÍSTICAS DE LA VERDADERA AMISTAD:
Presento sólo tres características de la amistad:
1. Armonía mutua
La amiga o amigo es una persona en la cual encontramos simpatía, aliento, consejo útil e inspiración. Podemos compartir con ellos penas y alegrías. Me escucha y lo escucho con paciencia cariño y aprecio. Nos valora por lo que realmente somos, nos acepta. En la amistad compartimos, nos reímos, recordamos.
2. Ayuda a la superación personal y da sentido de identidad
Me ayuda oportunamente a superar mis defectos de temperamento y mejora mi salud física. La amistad me da longevidad porque estoy acompañado. Nota inclusive si estoy enfermo, me hace ver mis fallas con prudencia. Las diferencias de opiniones y de gustos pueden ser puntos de contactos e intercomunicaciones intelectuales. Las amigas, amigos refuerzan la autoestima y nos recuerdan nuestras raíces y logros.
3. La reciprocidad en las relaciones
Cada uno aporta algo por el bien del otro y el otro. No son relaciones de amistad, la de una persona generosa con una egoísta que solo exige y no aporta nada. Los amigos, amigas están para ayudarnos en momentos de necesidad, emergencias, enfermedades, mudanzas, etc. No se pueden considerar los amigos, amigas impersonales que conocemos en WhatsApp o en otras redes sociales, no hay una relación personal. El amigo por excelencia es Jesús. Hay otro verso de la canción que se entonó en la visita de San Juan Pablo II a México y dice: “Y aquella palabra de fuerza y de fe que me has dado… Tú eres realmente el más cierto en horas inciertas”. Tómate de la mano de Jesús para recorrer el camino de la vida, que en ocasiones no es nada fácil, pero Él está a tu lado para ayudarte.
San Francisco de Sales, en su Filotea, comprende el sentido de la amistad de esta manera: “Los que viven en el siglo, donde tantos difíciles pasos ocurren en el camino que conduce a Dios, son semejantes a los viajeros que en los caminos ásperos o resbaladizos se sostienen unos a otros para andar con más seguridad”.
¡Feliz día de la amistad tomado de la mano de Jesús!
PARA REFLEXIONAR:
● ¿Valoras a tus amigas, amigos o eres una persona solitaria? Sí, no, por qué.
● ¿Sabes conversar y escuchar a tus amistades?
● ¿Te conoces bien a ti misma, mismo?
mariaeu.diaz@gmail.com Pedagoga y Expresidenta General de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC)
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